viernes, 6 de junio de 2008

Reseña de "Usagi Yojimbo" de Stan Sakai

Antes de que decidáis que merezco ser quemado en la hoguera por traer a esta nuestra página la reseña sobre unos cómics que narran las aventuras de un conejo samurai, dejad que me explique:

Usagi Yojimbo (literalmente del japones “Conejo Guardaespaldas”) empezó a ser publicado en 1984 por el guionista y dibujante americano de origen japonés Stan Sakai, y a día de hoy lleva ya más de veinte volúmenes. 


En sus viñetas vemos contada la historia del susodicho Usagi, un conejo samurai que vive en los comienzos de la época Edo (principios del XVII) y que tras perder a su señor en la batalla de Sekigahara vaga por los caminos del Japón como ronin (samurai sin señor) en su musha-shugyo (peregrinaje del guerrero) particular.

Ajá. Como veis, todo comienza con la batalla histórica de Sekigahara, y no podía ser de otra forma cuando nuestro protagonista está inspirado en el samurai más famoso de todo Japón: Miyamoto Musashi; y aunque en las páginas de estos cómics su figura se encuentre dulcificada, son un buen acercamiento a los usos, costumbres y vivencias del Japón feudal, amén de a sus tradiciones, mitos e historias populares, sin dejar de lado la Historia y la aventura.

Y es que aunque este Japón esté habitado por animales antropomorfos podemos ver con un detalle riquísimo y abrumador la arquitectura, el vestido, la artesanía, la vida diaria, el folklore y los mitos de todo un periodo histórico reflejados en las viñetas en blanco y negro salidas de la pluma del señor Sakai.
El autor
Pero no sólo de la historia y la tradición viven las historias aquí narradas, teniendo una gran base también en los cómics de aventuras (en cuanto a planteamientos al menos, a veces las aventuras de nuestro conejo son muy similares a las de Conan o Groo el Vagabundo -personaje de un amigo del autor que aparece incluso en alguna viñeta como guiño-) pero sobre todo el cine de Akira Kurosawa, mostrándonos siempre la dualidad del mundo samurai/campesino y con personajes directamente inspirados en sus películas, como es el caso del rinoceronte cazador de recompensas Gen, el mejor amigo del protagonista, que no es otro que un alter-ego del personaje de Toshiro Mifune en “Yojimbo” (cuyo remake en el lejano oeste vimos en “Por un puñado de dólares”) y su segunda parte “Sanjuro”.

Además aparecen otros personajes del imaginario samurai que también han tenido adaptaciones al cómic y a la gran pantalla como son “Zato-ichi” (aquí es el cerdo espadachín ciego Zato-ino) y “Lobo solitario y cachorro” (representados en estos comics por “Cabra solitaria e hijo”). Incluso hay lugar para las archifamosas Tortugas Ninja en alguna historia en la que los conocidos quelonios mutantes son transportados al Japón del siglo XVII (gracias sobre todo a la buena amistad que une a los creadores de ambas series), cruce que ha dado lugar también a la aparición de Usagi en las historias de las versiones televisivas de las Tortugas Ninja (dirigidas a un público infantil, sin mucho que ver con la violencia que imperaba en los cómics originales).

Hay un tomo dedicado a Kusanagi (Segadora), la mítica espada que es uno de los Tres Tesoros Imperiales, cuya historia aparece también narrada en la película de Kurosawa “Los Tres Tesoros”, teniendo en las viñetas de Usagi una nueva versión, además de una historia mucho más prolongada en el tiempo, pues varios señores feudales conspiran para robar la espada en una de las tramas más importantes dentro de las aventuras de nuestro protagonista de orejas largas en el tomo titulado -no podía ser de otra forma- “Segadora”. En otros tomos vemos tramas inspiradas en “Los 7 Samurais” o “La Fortaleza Escondida”.

Política, traiciones, asesinatos, duelos y ninjas salpican las paginas, mezclados con escenas plácidas y bellas. A veces sólo tenemos unos breves diálogos en muchas páginas, pero eso no es ni por asomo un defecto pues los personajes transmiten con sus gestos y expresiones mucho más que las palabras. y es que una vez se comienza a leer, realmente se olvida uno que el protagonista es un conejo, su amigo un rinoceronte, su sensei (maestro) un león, el señor más importante del Japón un oso panda y su guardaespaldas una gata...

Ni que decir tiene que tanto la obra como el autor han ganado decenas de premios en sus más de veinte años de vida y que la serie aun se sigue publicando al ritmo de un nuevo tomo cada año.
Llenos de acción, aventuras, ternura, amistad, valor y coraje, pero también de intrigas, asesinatos y traiciones esta obra es totalmente recomendable para los amantes del Japón de los samurai, tanto jóvenes como mayores, y para los que quieran disfrutar unas tranquilas horas leyendo un cómic de calidad.

Si después de leer esta reseña decidís darle una oportunidad al espadachín de largas orejas y seguís pensando que merezco la hoguera, os esperaré katana en mano en la isla Ganryu a la salida del sol.

Podéis leer esta reseña y sus comentarios en Hislibris

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