sábado, 15 de marzo de 2008

Reseña de "La caída del Imperio romano" de Peter Heather

Uno puede pensar que gastarse 30 eurazos en un libro por una simple recomendación leída en una revista es mucho arriesgarse, pero había algo en el libro que me llamaba poderosamente (temática aparte).
Y no me equivoqué.

En esta obra, el historiador inglés nos presenta sus ideas de manera convincente. Durante muchos años el papel de los denominados “pueblos bárbaros” en la disolución el imperio romano había sido tan matizada que a veces parecía haber perdido toda importancia.


Sin embargo, para Heather, el fin del Imperio no vendrá dado por la injusticia fiscal, ni por fallos en la economía o discordias internas, sino por las consecuencias de las invasiones bárbaras que comenzaron a finales del siglo IV.

Primero se centra en los problemas con los pueblo germánicos (los godos mayormente en su extraña relación amor-odio con Roma). Heather nos proporciona uno de los relatos más detallados acerca de las campañas militares de la época tardorromana. Comenzando por el desastre de Adrianopolis, y estudiando  el efecto de las distintas oleadas de invasores hunos (y de los pueblo empujados ante estos), el autor nos proporciona una detallada descripción de los efectos que esta sucesión de victorias y derrotas tuvo en el Imperio.

Además, nos cuenta que la propia disolución de lo que podríamos llamar “Imperio huno” aceleró la descomposición del imperio romano al permitir el avance y consolidación de los demás pueblos bárbaros a ellos sometidos.
No es de extrañar que sean godos y hunos los que centren buena parte del libro (sin olvidar a vándalos y demás pueblos “invasores”) ya que el autor posee otras obras con estudios referentes a estos pueblos.

Todo lo que el autor cuenta lo hace bien, al estar apoyado abundantemente en fuentes de la época y en pruebas arqueológicas, a la par que la lectura se hace bastante amena por estar muchas veces salpicada de pequeños relatos casi humorísticos, como uno protagonizado por un loro demasiado parlanchín.
En cuanto a la traducción es bastante buena, aunque había alguna confusión entre los ríos Rhin y Ródano, y en algún momento se malinterpreta la expresión “Indian summer” (que viene a significar “Veranillo de San Miguel o San Martín”) con “veraneando en la India”.

Por lo demás, un libro que no me arrepentí de comprar ni de leer.

Podéis leer esta reseña y sus comentarios en Hislibris

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