martes, 29 de enero de 2008

Reseña de "Murena" de Jean Dufaux y Philippe Delaby

Murena es una serie franco-belga formada por al menos dos ciclos de cuatro números (el segundo ciclo está siendo publicado ahorapor Planeta de Agostini cómics), que relata la ascensión de Nerón como emperador de Roma y sus primeros años de gobierno. 


Su hilo conductor es Lucio Murena, hijo de la última amante del viejo emperador y amigo de juventud de Nerón, que se ve envuelto en los turbios momentos que llevaron a éste al poder, incluidos los asesinatos de Claudio, su hijo Británico y su madre Agripina, su relación obsesiva con la esclava Acté (Actea), su matrimonio con Popea,…

Y si hay algo que me llevó a hacerme con esta serie fue la similitud que veía entre ella y la serie televisiva “Roma” de la HBO.

Podríamos decir entonces que el guión de Murena, a cargo de Jean Dufaux, sigue una dinámica parecida, mezclando personajes históricos con otros inventados (como el propio Lucio Murena) en un gran fresco histórico a modo de culebrón, sin importara veces si se ha de cambiar u omitir tal o cual detalle histórico.

Por ejemplo, aquí no se hace la menor referencia a la primera mujer de Nerón, Claudia Octavia, con la que estaba casado mientras mantuvo su relación con Acté y a la que repudió para casarse con Popea, o bien tenemos que la muerte de Británico ocurre cuando Neron ya ha sido nombrado emperador y el joven hijo de Claudio desheredado. Sin olvidar a un real o inventado Pedro, llegado de la lejana Judea, para predicar unas ideas que, con el tiempo, subvertirán el imperio.

Pese a estas licencias (y como ocurría también con “Roma”  pese a que muchos pusieseis el grito en el cielo), en mi humilde opinión no desmerecen la obra la cual incluye al final de cada volumen una serie de notas históricas para poder situar mejor al lector.

Además, al igual que en la serie Roma, las intrigas de las mujeres, el amor y el sexo, son parte importante de la trama argumental (aunque las escenas de cama no son tan directas como las de “Roma” si que hay erotismo en el cómic, con hermosas mujeres desnudas en muchas páginas).


Sin embargo, el ver a bellas mujeres enseñando los pechos no es la única razón para admirar el detallista y esplendido dibujo de Philippe Delaby, un ilustrador naturalista que se caracteriza por un acabado obsesivo de cada viñeta, sin descuidar ni la narración ni el equilibrio entre figura humana y escenario. Un dibujante que gana soltura número a número y que se ve embellecido por el color de Dina Kathelin.

Con un arma como ésta y unas páginas que se pueden disfrutar durante minutos para apreciar cada detalle, cada gesto, cada movimiento, los diez euros que cuesta suponen una de las mejores relaciones calidad precio que el lector medio puede encontrar.

Ni que decir que me haré pronto con el quinto y el sexto tomo (recién publicado este último), que inician la segunda tetralogía.

Aficionados al cómic y al mundo romano, ya sabéis.

Podéis leer esta reseña y sus comentarios en la web Hislibris

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