¿Qué
ocurre cuando se unen dos de las mentes más creativas y ácidas del
mundo del cómic inglés y deciden dar una vuelta -muy pasada- de
rosca al mundo de los super héroes a finales de los años 80?
Pues
que aparece en escena Marshal Law, un enmascarado justiciero que
trabaja para el gobierno en la ciudad de San Futuro -un distópica
San Francisco- tratando de mantener a raya a toda una hora de super
héroes desempleados -ahora que las guerras exteriores parecen
haberse enfriado el propio gobierno no sabe que hacer con tanto super
soldado y mutante- que suelen sembrar el caos en las calles un día
sí y otro también; y para ello, Marshal Law es capaz de usar el
método más expeditivo que puedan imaginarse.
Y si es capaz de enfrentarse de tú a tú con estos super héroes caídos en desgracia es porque el fue uno de ellos en el pasado un super (super) soldado dotado de gran fuerza, resistencia, agilidad de inmunidad al dolor, aunque oculte en secreto su actual trabajo y viva una vida anónima y anodina cuando se despoja del retorcido uniforme de Marshal Law.
Y si es capaz de enfrentarse de tú a tú con estos super héroes caídos en desgracia es porque el fue uno de ellos en el pasado un super (super) soldado dotado de gran fuerza, resistencia, agilidad de inmunidad al dolor, aunque oculte en secreto su actual trabajo y viva una vida anónima y anodina cuando se despoja del retorcido uniforme de Marshal Law.
Un
cómic plagado de crítica y risas a costa de los super héroes de
los años dorados del cómics hasta llegar a los 80, donde no quedan
sin recibir un repaso Superman, Batman, Spiderman, Los 4 Fantásticos,
etc., representados por sus alter ego en el mundo de Marshal Law
(evidentemente con nombres y diseños cambiados pero totalmente
reconocibles para los fans). Nuestro protagonista odia profundamente
a los super héroes por verlos como unos inútiles incapaces de
arreglar el mundo (e incluso capaces de empeorarlo); en parte se odia
a sí mismo y a su trabajo... pero no nos engañemos (él tampoco lo
hace), al final disfruta zurrándole a los héroes. Con un credo como
“Yo cazo héroes y aun no he visto ninguno” poco más podemos
esperar de Marshal Law.
Él mismo lo admite |
El
guión de Pat Mills (creador de Juez Dredd, cuyas similitudes
son patentes aunque llevadas a un punto cómico y bizarro) y el
dibujo de Kevin O´Neill (dibujante de La liga de los hombresextraordinarios) nos presentan una sociedad futura totalmente
corrupta, totalitaria y alienadora, que ha sufrido todo tipo de
penurias y guerras y tiene a sus ciudadanos borreguizados con el
trabajo diario, la televisión y el ocio más depravado. Vamos, como
el que hoy día sale del trabajo y llega a casa por la noche a ver
Tele5.
Aun
así, nuestro protagonista tiene su corazoncito y en todo este mar de
miasmas es capaz de encontrar algunas personas por las que levantarse
cada día, enfundarse su traje -que parece sacado de alguna tienda de
material sado-masoquista- y salir a patrullar las calles de San
Futuro. Y si por el camino tiene que patearle el culo a un héroe o
dos, pues mejor.
Si
os gusta Juez Dredd, La liga de los hombres
extraordinarios, el humor negro, los cómics clásicos de DC y
Marvel y la serie actual The Boys (la cual bebe en parte de
este cómic, sobre todo debido también a que surgió de la pluma de
un guionista de Juez Dredd, Garth Ennis) no dejéis pasar este
cómic, poco conocido y que creo merece una difusión mucho mayor.
Para
mí, sin duda, uno de los cómics de super-héroes más disfrutable
que existe, siempre que esteis dispuestos a enfrentaros al lado más
oscuro de ellos junto a un protagonista nada políticamente correcto.
Esta
historia llegó a mis manos hace años, a través unos números en
grapas que me dejó un amigo, y tanto los disfruté que en cuanto ECC
publicó la serie completa en tres tomos recopilatorios corrí hacia
la tienda, me compré el primero y pedí las reservas de los
siguientes.
El
primero se titula “Miedo y asco” y nos sirve de presentación de
Marshal Law y su mundo, pero presentándonos ya lo retorcidos y
peligrosos que pueden ser los héroes retirados cuando nuestro
protagonista se enfrenta a un asesino en serie super heróico y esté
dispuesto a enfrentarse a quién sea por acabar con él.
El
segundo tiene por título “Odiosos muertos” y tiene una de las
partes más descacharrantes de la obra cuando Marshal visita el
manicomio de héroes donde tendrá lugar un motín con nefastas
consecuencias... para los residentes. Una enorme cantidad de cameos,
guiños y risas aseguradas entre dosis de humor negro y violencia. Al
final, Marshal se verá enfrentado incluso a una epidemia zombies.
Los muertos vivientes han ido a por el cerebro equivocado.
"Daredevil" intenta escapar del manicomio |
El
último tomo se llama “Tribunal secreto” y se mete de lleno en
criticar la hipocresía social y expone temas como la homosexualidad,
la religión, el fascismo, etc. Aquí se enfrenta a Ojo privado, un
billonario de día pero justiciero nocturno que se encierra en su
mansión y es ayudado por su mayordomo. Lo mismo os suena de algo.
Lecturas
obligadas para todo fan.
Tomad
nota o Marshal Law irá a por vosotros.
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