«Corre el año 401 a.C. La guerra entre Atenas y Esparta ha
terminado después de treinta años de hostilidades, pero una guerra
civil está a punto de estallar en el Imperio persa entre Artajerjes
y su hermano Ciro el joven. Este último contrata a un ejército de
mercenarios griegos desmovilizados los cuales, tras la muerte de Ciro
en la batalla de Cunaxa, se ven obligados a regresar a su patria a
través de un país hostil, entre el acoso de las poblaciones y los
recelos de los gobernantes. Una aventura que ha pasado a la historia
como la retirada de los diez mil.»
Hace unos diez años la trilogía Alexandros de este autor
me entusiasmó y la seguí conforme se iba publicando en España,
libro a libro. Rápidamente me hice con otros libros de Manfredi como
El Talismán de Troya y Talos de Esparta, ambos
también muy entretenidos y con ese aire «épico» que tanto me
gustaba. Sin embargo, con los años vinieron libros como El
Tirano, La Última Legión (de cuya adaptación para el
cine mejor no hablar) y El Imperio de los Dragones (una poco
conseguida mezcla entre Gladiator y Tigre y Dragón)
que me dejaron bastante frío por decir algo. Y eso sin contar la
cosa horrible llamada Quimaera, una de las peores novelas
que he podido leer.
Así pues, cuando esta novela salió publicada decidí dejarla pasar
para ahorrarme otro libro del montón. Además, con lo que me gusta
la Anábasis leería el libro siempre con la ceja levantada y ya
sufrí el bodrio de La Odisea de los Diez Mil de M. Curtis
Ford y no quería algo parecido.
Con esos precedentes pensaréis… ¿Y por qué te has leído el
libro?
7 Euros. Tapa dura. Edición cuca. Decidí darle una oportunidad. De
nuevo.
Y esta vez no me he equivocado. El libro me ha encantado, es épico,
emocionante y trágico y tiene un aire muchas veces a los libros de
Steven Pressfield de temática griega que tanto gustan por Hislibris.
Su originalidad radica en que nos es narrada por Abria, una joven de
una aldea del interior del Imperio persa que tras una noche de amor
con un soldado griego decide acompañarlo en su aventura y abandona
su aldea natal. Y ese soldado no es otro que Jenofonte. Vale, es algo
muy rebuscado pero por suerte no es una historia de amor empalagosa;
hasta casi me gustó como se iba desarrollando la historia entre los
dos personajes. Así pues tenemos la guerra en el mundo antiguo vista
desde la perspectiva no de los soldados y su mundo de hombres, sino
desde las mujeres y todos aquellos no combatientes que seguían a los
ejércitos.
El viaje heroico de esta tropa es narrado con maestría y es que el
autor es un experto en el tema, habiendo publicado numerosos ensayos
y artículos sobre él. Las batallas son emocionantes y bien
descritas, y en ningún momento sobrecargan el libro.
Evidentemente, el casual encuentro entre Jenofonte y esta hermosa e
inteligente joven es un recurso narrativo para enganchar la historia
y no hay que juzgarlo mucho buscando lo creíble o no que pueda ser.
Además, la narradora acaba resultando demasiado inteligente y con un
don de lenguas poco usual para ser una simple campesina y en sus
narraciones usa un lenguaje altamente elaborado. Pasando por alto los
detalles sobre este personaje, la novela es bastante sólida y se lee
rápidamente (a mi me enganchó y me llevó apenas dos días
terminarla). Si se lee con algunos mapas del Imperio persa y la
expedición de los Diez Mil al lado, mejor que mejor.
Si han sido las pocas expectativas que tenía en el libro lo que me
ha llevado a que me guste más de lo que debiera o es que simplemente
me gusta tal cual, no sabría decíroslo y eso es algo que sólo
podréis descubrir si os unís a la expedición de «Los Diez mil.»
EL EJÉRCITO PERDIDO
Valerio Manfredi
DeBolsillo, 2009
Valerio Manfredi
DeBolsillo, 2009
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